lunes, 10 de junio de 2013

NOVELAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA (2): MOBBE. UN NEGRO DE FERNANDO POO de JOAQUÍN RODRÍGUEZ BARRERA

RODRÍGUEZ BARRERA: Joaquín: Mobbe. Un negro de Fernando Poo (Vilá, Aleu y Domingo editores. Barcelona 1931. 189 páginas).
   Joaquín Rodríguez Barrera era un hombre curioso que llegó a Guinea a principios del siglo XX, uno de los pioneros de la población europea. Agricultor que estuvo al frente de la hacienda Montserrat de Rebola (que tenía también una factoría en santa Isabel), era un hombre inquieto que estudió los manuales extranjeros de agricultura para escribir los suyos propios con los que instruir a los agricultores noveles que llegaban a Fernando Poo en los cultivos posibles en la isla. Su curiosidad y ganas de involucrarse en la vida colonial hicieron que su firma fuera habitual en La Guinea Española, revista que editaban los misioneros claretianos, y en directiva de la Cámara Agrícola. Más tarde fue presidente de la Unión de Agricultores.
 Su obra la agrupa para el título genérico de Manuel del Agricultor en Fernando Poo. Primero con tres títulos prácticos: El cacao (1924), El cafeto (1925) y El banano (1928). Esta trilogía encerraba las posibilidades que, a su juicio, tenía la agricultura colonial. Los dos primeros productos por su fácil conservación y transporte, además de las condiciones de suelo y clima que resultaban propicias para su producción, y el tercero favorecido por la aparición de los vapores frigoríficos que aseguraban los mercados europeos. A éstos siguió un cuarto volumen en 1931 que tiene un carácter más literario: Mobbe. Un negro de Fernando Poo.

    Mobbe es una novela-reportaje en la que el autor expone la evolución de la vida colonial tal y como él la conocía pero que utiliza a un personaje ficticio para recrearla. Mobbe es un maestro indígena que vuelve a Bioko desde Barcelona, donde hizo sus estudios. El muchacho redescubre su país a través del filtro ilustrado que le dio su estancia en Europa. Todo ello desde una visión paternalista, que era la visión del colono hacia el colonizado. Algunos de buena fe creían en la labor civilizadora que se estaba desarrollando y otros aprovechaban sin más las ventajas de la vida fácil del blanco. El libro, por supuesto, no contiene ningún atisbo de crítica y se puede considerar una muestra del hispano tropicalismo amable.

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