martes, 23 de agosto de 2016

LAS NOVELAS DE MALABO (2): EL INFIERNO ESMERALDA de J. FERNANDO ORTEGA MUÑOZ.

ORTEGA MUÑOZ, J. FERNANDO: El infierno esmeralda (Ateneo. Málaga 2010. 172 páginas + 1 hoja. Fotografías).
   Ortega Muñoz fue profesor del Instituto cardenal Cisneros de Santa Isabel (Malabo) desde octubre de 1967 hasta los primeros meses de la independencia. Sus recuerdos los reúne en un libro al que da forma de novela, aunque tenga más de recuerdos que de novela. Los momentos vividos son suficientemente interesantes como para que sean contados. Los testigos presenciales de los días de la independencia de Guinea no abundan y sus relatos ayudan a comprender el momento histórico.

   El autor-protagonista es un profesor de instituto que llega a Santa Isabel (Malabo) en un momento histórico crucial. Es verdad que la Guinea de 1968 no es la de 2010 –fecha de la publicación del libro-, ni es como la actual. Las cosas han cambiado mucho. Pero el autor ha tenido la honradez de no reescribir sus recuerdos de la época y nos presenta la situación, y la manera de entenderla, como lo hicieron los funcionarios españoles a los que se refiere el relato. En eso estriba el valor de la novela. En la descripción de la mentalidad de un puñado de españoles en Guinea que, sin ser colonos arraigados en el país y depender del cambio de destino que se produciría antes o después, asumen los valores de la colonización con convencimiento o ingenuidad y observan los acontecimientos con preocupación y pesimismo.
  La tesis que se transmite, la de los españoles que vivían entonces en la colonia, es que la independencia fue prematura, que el pueblo guineano no estaba preparado para una desvinculación colonial tan rápida, que se eligió a un presidente nefasto y que al poco tiempo el paraíso se convirtió en un infierno. Un infierno, eso sí, para españoles y guineanos y que quedó silenciado –especialmente los hechos más graves- por la censura a que fue sometida la situación.  En esto, como en los libros de Ramón García Domínguez,  el autor muestra una visión especialmente negra. Entiende que los actos contra los españoles fueron de una crueldad alta y que la salida precipitada se debió al terror que originaron.


   Los funcionarios españoles, que vivieron felices y privilegiados, se sienten rehenes del nuevo presidente ante el gobierno español. Sienten miedo al salir a la calle, al hacer su trabajo… El autor se detiene en los discursos de Macías, en su política de desvaríos y en la incapacidad para encabezar un Estado; la novela se convierte en un gran reportaje periodístico de las primeras intervenciones públicas del presidente. Y un recuerdo de la situación tensa y el deterioro de la convivencia en los primeros tiempos. La crisis de las banderas de Bata, el golpe de Atanasio Ndongo, la locura de Macías… La novela se hace más amarga cuando el protagonista, que trata de salir del país con los otros profesores del instituto, comprueba que está en una lista negra por una venganza de ex alumnos. Toda la tensión que falta en los primeros capítulos, se desborda en los últimos a pesar de la parquedad del escritor en la novela. Y se resuelve con emoción.

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