viernes, 30 de diciembre de 2016

NOVELAS DEL DESASTRE DE ANNUAL (13): OPERACIÓN QUILATES de FERNANDO SANJUÁN BERTET, LUNA AMARILLA de JOXEMARI ITURRALDE y EL HÉROE DE NADOR de RAMÓN FERNÁNDEZ PALMERAL.

SANJUÁN BERTET, Fernando: Operación Quilates (De Librum Tremens. Madrid 2014. 260 páginas).
ITURRALDE, Joxemari: Luna amarilla (Pamiela etxea. Arre –Navarra- 2014. 142).
FERNÁNDEZ PALMERAL, Ramón: El héroe de Nador (Autoedición. Lulu. Esados Unidos 2014. 156 páginas)


   Fernando Sanjuán aborda el argumento de Annual desde un punto de vista original, lo que agradece el lector acostumbrado a un mismo esquema de novela sobre el desastre español en el Rif. Pero tiene un principio poco brillante, se enreda en contar la historia de los sucesos. El lector, que puede informarse con un clic de ordenador, no necesita que le narren los antecedentes reales. Y tarda en llegar la acción con unos diálogos en los que los personajes cuentan lo que pasa.

   La originalidad es que escribe una novela más imaginativa. Una conspiración de militares republicanos y anarquistas con los hermanos Abd el Krim para propiciar el desastre y acabar con la restauración. Si el autor se hubiera centrado en esta trama y no se perdiera por disquisiciones meramente históricas, la novela hubiera ganado mucho.
Fernando Sanjuán (de la solapa del libro)
    Luna amarilla de Joxemari Iturralde es una novela que discurre en dos tiempos y cuatro partes. El protagonista es un viajante de comercio que visita Melilla y parte del Protectorado en los últimos años de éste y los primeros de independencia. Unos marroquíes contactan con él y va rescatando del olvido una vieja historia familiar de padre y tíos. Sus parientes se vieron obligados a combatir en Marruecos como soldados de quinta, sufrieron el calvario de Annual y resolvieron su situación personal de distinto modo: uno como héroe patrio y el otro como renegado.

   El protagonista lo descubre a través de un manuscrito que le entregan. Aquí empieza la segunda parte del libro, una historia de blocao, de huida, de cautiverio y de sufrimiento que recuerda a cualquier otra novela del ciclo de Annual. Este manuscrito se lo atribuye a un periodista de ficción apellidado Garcés y de origen aragonés. Apellido que coincide con el segundo de Ramón J. Sender, al que el autor rinde homenaje incluyendo escenas que el escritor de Imán había incluido en su novela como el escondite en el vientre de un caballo. La prosa de Iturralde recuerda el estilo de Sender. Aparentemente sencillo pero de gran eficacia en el lector que sigue la lectura con atención debido al buen ritmo y al sostenimiento de la atención mediante la dosificación de los hechos. Podríamos ver también influencias de Fernández Díaz en los episodios que se suceden dentro del blocao.

   El protagonista, leído el manuscrito, comprende sus orígenes pero, como en esto está el misterio de la ficción, no lo voy a desvelar. La mezcla del momento actual de la novela y su pasado parece desigual, tal vez el autor ha dedicado muchas páginas al manuscrito encontrado. Puede ser que lo hiciera para que la novela no le quedara demasiado corta. Porque, por fin, encontramos una novela que no se llena de páginas y páginas dedicadas a lo intrascendente argumental. Medida en la relación entre la historia contada y el volumen del libro.


   Fernández Palmeral escribe un libro diverso dedicado a la memoria de su padre, guardia civil nacido en la aldea de Acebuchal (Málaga), hoy abandonada, y que tuvo la mala suerte de estar en Nador en los momentos del desastre. El libro consta de una introducción del autor y una tercera parte del padre (dedicada a la aldea). En el medio hay una historia sobre Marruecos que podemos considerar novela. Dice Fernández Palmeral que es de autor anónimo. Puede ser, aunque también podría ser de él mismo ya que el relato es la vida de su padre. Un testimonio novelado que guarda el interés de la autenticidad. Son 92 páginas de trágicos recuerdos, los primeros referidos a la odisea vivida por los guardias civiles que se hicieron fuertes en la fábrica de harinas de Nador y que fueron los únicos combatientes españoles a los que se respetó la vida después de rendirse.

viernes, 16 de diciembre de 2016

LAS NOVELAS DEL FIN DE SAHARA ESPAÑOL (6): MEKTUB (ESTABA ESCRITO…) de OLEGARIO MORENO RODRÍGUEZ.

MORENO RODRÍGUEZ, Olegario: Mektub (Estaba escrito…) (Editorial @becedario. Badajoz 2003. 246 páginas).
   Es una técnica habitual utilizar la novela para desgranar recuerdos. Así surgen libros, como el que nos ocupa ahora, que están a mitad de camino entre el relato histórico y las memorias. Los hechos ocurridos en 1975, cuando España se vio compelida a abandonar el Sahara Occidental, constituyen una experiencia extraordinaria para los que estaban en el lugar. Si además se trataba de un militar profesional que vio desarrollarse acontecimientos políticos y hechos de armas, es lógico pensar que los recuerdos puedan interesar a los lectores. Y esta es la causa de la novela Mektub.

   El autor narra con mucha parsimonia sus sentimientos del desierto, la vida de campaña y la guerra. La primera acción que cuenta sucede en  Echdeiría, recuerdo ingrato de 1958. La muerte es descubierta por soldados de reemplazo que sienten el miedo, la incertidumbre y la lejanía en un territorio extraño y apartado de sus pueblos. La novela discurre sobre los tenues recuerdos del autor, con pocos sobresaltos. Los comentarios sobre la agonía de Franco en las salas de bandera, en las reuniones de militares; la marcha verde vista desde el otro lado de la frontera por soldados de oficio. Olegario Moreno trata de mostrar el asombro de los protagonistas ante los hechos, la rabia por el abandono. Como es un periodista –Pérez Reverte- el que informa a los militares reunidos en el casino del abandono de los puestos del interior (Mahbes, Echdeiria, Hausa,Tifariti…). La incredulidad o estupefacción de aquéllos ante los acontecimientos.
El autor en la solapa del libro
   Pero la novela no tiene un argumento definido ni una época específica. Cada capítulo es una estampa de la vida colonial, unas amables y otras duras. Un recorrido discontinuo entre 1975 y el pasado anterior que marcó la evolución de la vida en el desierto para los militares españoles. Los caminos de Hagunía, Daora, Guelta…
   Un libro más para comprender lo que fue ese modo de vida. La literatura memorialística sobre el Sahara español va ofreciendo nuevas aportaciones que ayudarán a comprender la sociedad colonial, como los libros de Aser Queipo –Yo también viví en Villa Cisneros (2016)- o de Sainz de la Peña –Sáhara-Ifni, recuerdos de un tirador (2016)- que se han publicado recientemente. La novela Mektub se puede inscribir en esta corriente.
 




miércoles, 7 de diciembre de 2016

NOVELA DE TÁNGER (6): LA CIUDAD DE LA MENTIRA de IÑAKI MARTÍNEZ

MARTÍNEZ, Iñaki: La ciudad de la mentira (Destino. Barcelona 2016. 460 páginas).


Al igual que ocurre con las novelas del desastre de Annual, se está viviendo un resurgimiento de novelas que tienen a Tánger como escenario. Pero el Tánger colonial, internacional. Podríamos decir que el Tánger irreal, inexistente, creado a través de muchas ficciones. Una ciudad de cabarets, espías, escritores, contrabandistas, putas y pícaros donde las relaciones no eran nunca lo que parecían y las apariencias eran falsas. Martínez aprovecha esta idealización, situando la acción de su novela en el primer momento de la II Guerra Mundial con la ciudad tomada por tropas españolas y un bullicio diplomático importante. El  autor lo dice así: Debo decir, sin embargo, que pese a mi esfuerzo por describir rincones y costumbres de sus habitantes, lo considero un relato de “extranjeros” en Tánger. Los personajes principales, y muchos de los secundarios, son europeos y americanos; “nazarenos”, como los llamaría un musulmán devoto (página 457).

   A una primera impresión de reconstrucción histórica, al lector le sigue una sensación de impostura. Hay muchos sitios y personajes que no se corresponden. Forma parte de la trama, de la intriga que el autor quiere buscar. Aparece una mujer joven,  americana y viuda que cree querer escribir una novela o libro de viajes, pero sin estar muy segura. Es captada por el cónsul americano para su servicio de información. El obispo de Tánger, a pesar de ser una mujer sola y joven, le pone como cicerone a un sacerdote joven también para que le enseñe la ciudad a fondo. El autor aprovecha para enseñárnosla a los lectores, esos recorrido turísticos muy del gusto de la novela tangerina. La mujer, incomprensiblemente, se hace amiga y confidente de la dueña de un prostíbulo al que acude con frecuencia. Y, como motivo de intriga, se empieza a hablar de un posible tesoro de los judíos huidos de España o huidos de los nazis en Europa. El otro personaje importante es un empleado del consulado americano.

   Las acciones paralelas se superponen. Los personajes tienen vidas que caminan por sendas distintas pero con algunos puntos de encuentro. El autor pasa de una a otra. Le interesa más la intriga que el estilo, por eso cuesta entender los tiempos muertos, la relajación en la tensión del argumento y el contrapunto que se pierde en detalles fútiles con riesgo de hacer perder el hilo. El misterio del tesoro desaparece, se centra en el melodrama del sacerdote. Al final, el asunto es el desembarco americano en Marruecos; la operación Antorcha contada parcial y brevemente, con el centro en los activistas republicanos vascos que participaron. Entre tanto, nuevas acciones y nuevos personajes son introducidos. La historia muchas veces la cuentan los mismos personajes en unos diálogos innecesarios, mientras comen y beben es escenas repetidas.
El autor. Fotografía de Alejandro Tinoco en la solapa del libro.

   La ciudad de Tánger ofrece a los novelistas muchas posibilidades. Pero el Tánger que fue o pudo haber sido se mezcla con el Tánger idealizado, inventado o inexistente que la imaginación o el interés del novelista crea para estructurar sus historias. Tal vez por eso sea la ciudad de la mentira. La narración caleidoscópica tiende al laberinto. No aburre, pero no logra enganchar por la diversidad de acciones paralelas.