MARTORELL OTZET, Vicente: Once oficiales en torno a una mesa
(Ediciones Jover. Barcelona 1965. 149 páginas + 1 hoja).
GIL MATÍES, Rafael: El hilo púrpura (S.e. Imprenta Soler.
Palma de Mallorca 1968. 342 páginas + 1 hoja; Ediciones Cort. Palma de Mallorca
1972. 337 páginas).
Vicente Martorell fue un ingeniero militar
catalán, hijo de otro ingeniero militar –Vicente Martorell Portas- , parte de
cuya vida se desarrolló en el Protectorado. Fue autor de algunos artículos
sobre obras públicas y urbanismo en Guinea y Marruecos. Pasó después a
Barcelona y allí ejerció de presidente de la comisión de urbanismo. Junto a su
padre fue autor del proyecto del cuartel del Bruch y autor de una historia del
urbanismo en esa ciudad. Su actividad novelística empieza al final de su vida
con Once oficiales en torno a una mesa (1965)
y con su precuela: Once cadetes de
Guadalajara (1968) en la que narraba las peripecias de los cadetes de la
Academia de Ingenieros.
Cuartel del Bruch. Barcelona
Once
oficiales en torno a una mesa discurre en Marruecos en el verano de 1923,
en Ifaran, y está basada en las vivencias personales del autor. Las páginas, a
veces en contradicción, nos hablan de 1924. Es una novela de difícil
calificación puesto que no es más que un puñado de anécdotas cuarteleras y
otras de campaña contadas por los protagonistas, los once oficiales del título.
La relación con la guerra de reconquista del territorio tras el Desastre de
Annual, también es escasa. Pero se dan algunas noticias de la vida en una
posición y del efecto de la artillería. Sin más pretensiones que loar la vida
militar.
Otra novela que trata parcialmente los
acontecimientos de Annual, cronológicamente muy próxima a la anterior, es El hilo púrpura del escritor
castellonense Rafael Gil Matíes. La novela forma parte de una trilogía en la
que el autor dedicó a Castellón en los siglos XIX y XX. Las otras dos son Compartir el sudor (1970) y Un bastón de mariscal (1971). También es
una novela que hace referencia a Marruecos solo parcialmente. Es la narración
de la vida de un cabo del Regimiento Tetuán 45, de guarnición en Castellón, que
tiene que acudir a Melilla tras el derrumbamiento de su Comandancia para
sostener el territorio de la ciudad y comenzar la reconquista. Hay más de
Melilla que de Marruecos, aunque relacionado. El autor no profundiza mucho en
los hechos que conoce de referencias. Pero trata de plasmar el ambiente
militar: Podréis reconquistar muchas
cosas, pero hay una que no creo que consigáis haceros con ella: la vergüenza
del hundimiento de la Comandancia de Melilla (página 66 de la 2ª edición).
Y la situación anímica de los pobres soldados de quinta que, sin preparación ni
ánimo, se vieron en primera línea de fuego. Lucas, el protagonista, se ve
defendiendo la posición de Tizza. La defensa heroica y las penalidades de los
sitiados es uno de los temas cásicos del argumentario novelístico colonial. Gil
Matíes no profundiza mucho en el asunto, es muy descriptivo. La novela es muy
larga y tiene que pasar por los hechos con cierta rapidez para dar la visión
general de la vida del protagonista. Es la historia sencilla de una persona
normal. No quiere el autor hacer un relato excesivamente descarnado de la
situación, ni crear una novela política. Tampoco es un canto patriótico. Es una
aportación más a lo que pasó, que se puede considerar desde muchos puntos de
vista.
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