lunes, 30 de octubre de 2017

LAS NOVELAS DE MELILLA (5): SEVERIANO GIL RUIZ (1).


GIL RUIZ, Severiano-          Prisioneros en el Rif (Autor. Imprenta MARFE. Melilla 1990. 220 páginas  + 1 hoja. Está ilustrado con fotografías).
-          El cañón del Gurugú (Ayuntamiento. Melilla 1992. 621 páginas; Rusadir Media. Melilla 2000. 370 páginas).
-          La tierra entregada (Ayuntamiento. Melilla 1994. 656 páginas).


   Severiano Gil Ruiz es un autor que ha dedicado a la ciudad de Melilla y a la Zona de Protectorado limítrofe su producción literaria. Nadie como él se ha dedicado a novelar la ciudad desde los tiempos de la guerra del Rif hasta la actualidad, quizás porque conozca bien el territorio, ya que nació en Nador y fue militar en la ciudad española; aunque últimamente vive en Perú.

   Se estrenó en 1990 con Prisioneros en el Rif, un relato de aventuras, de barcos pesqueros y aviones de guerra. Una intriga aventurera que notaba la bisoñez del autor. Y continuó en 1992 con El cañón del Gurugú, una ficción acerca de la esperanza de los colonos y mineros españoles en el Protectorado donde buscaban una vida mejor. La lucha de pioneros, en la mejor tradición de la novela colonial argelina. Los proyectos basados en el sacrifico que se vieron truncados por la derrota española en Annual, que terminaría con la muerte o el terrible cautiverio de alguno de ellos. El libro muestra un panorama fiel de la vida en esos años en Melilla y, como es habitual en el autor, da una detallada información de alguna actividad específica, en este caso la de la minería y los trenes mineros. Tras estas dos novelas hay una buena base histórica sobre de la guerra del Rif, de las operaciones militares, de la distribución de tropas y el armamento utilizado.

   En La tierra entregada (1994), Severiano Gil nos ayuda a comprender la vida de los españoles en el Protectorado cuando tocaba a su fin. Es, nuevamente, una novela de esforzados colonos que ven que el país al que  emigraron cambiaba radicalmente y eso les iba a suponer una pérdida emocional y material. El autor recrea Melilla y Nador, sabe de primera mano de la lucha de las personas que sintetiza en personajes en la novela. La vida familiar y laboral, con una buena descripción del sistema de transportes de carretera. Aunque la novela es muy larga, con exceso de páginas que es una característica del autor, el final gana intensidad frente a la pérdida de ritmo de la parte central.

   En 1995 publicó Jádir (Melilla 1995) una novela más intimista que no tiene relación con la etapa de Protectorado salvo algunas referencias en las conversaciones. Hay otras tres novelas de temática colonial de este autor al que dedicaremos otra entrada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario